De acuerdo con ExpansiónMx, Sylvain Namy, Director Ejecutivo
de Page Personnel, agencia dedicada
al reclutamiento especializado, los millennials
poseen características específicas que el reclutador debe tomar en cuenta para
poder tener una buena relación laboral a largo plazo y, sobre todo, para
recibir un buen ejercicio del empleo de parte del contratado.
Gracias a esto Page
Personnel desarrolló un decálogo millennial
que pretende delimitar sus necesidades y la forma de acercarse a ellos, no
obstante, si aquél se aplica en México encontraríamos algunas pifias en las
explicaciones.
Los millennials…
1. Poseen las últimas innovaciones tecnológicas y tienen una
necesidad de estar conectados constantemente a Internet.
¡Error! En muchos
casos la capacidad adquisitiva rompe con esta premisa.
2. Son egocentristas y tienen relaciones estrechas con sus
marcas favoritas. ¡Cierto!
3. Priorizan el cuidado de su entorno y el medio ambiente.
En algunos casos la
postura echo-friendly y el activismo
social son más rasgo de un personaje que deriva de su presencia en redes
sociales.
4. En el ámbito laboral les gusta ser incluidos en la toma
de decisiones importantes, así como saber que están aportando un valor agregado
a la empresa.
Cierto, aunque su
goce suele ser más bien personal.
5. Buscan que los líderes de las organizaciones los formen
como personas y sean sus guías a lo largo de su carrera profesional.
Falso. Los líderes del
ramo al que pertenecen, así como los referentes de generaciones previas, no merecen
ninguna clase de admiración.
6. Cambiar de un trabajo a otro es usual en la búsqueda de
un crecimiento profesional acelerado y un balance total entre el trabajo y la
vida personal.
Por el contrario, ya
que, si bien buscan alternativas, éstas son paralelas a su zona de confort.
7. Buscan flexibilidad de horarios, trabajo en equipo y
dinamismo constante.
No trabajan en equipo
y no son dinámicos, de ahí que, en efecto, busquen horarios más flexibles.
8. Buscan la oportunidad de negociar, ya que no les gusta
sentirse subestimados por su edad.
Cierto.
9. Su adaptación a la cultura corporativa es rápida.
Falso. En la mayoría
de los casos, dentro de su postura virtual que los domina, pretenden ser
anti-sistema.
10. Tienen hambre de aprender y combinan el desarrollo de
procesos antiguos con innovaciones que generan oportunidades de crecimiento
para las empresas.
Cierto.
Afortunadamente no es así en todos los casos.
Gracias a que mi nombre apareció firmando artículos en la
prensa escrita y en páginas de internet desde hace 20 años, desde entonces recibo
correos y comentarios de chicos y chicas que nacieron a principios de los
ochentas y que muestran no sólo respeto sino una amplia necesidad de
retroalimentación, es decir que conocen y respetan sus propios argumentos y su
capacidad de discrepar sin ser soberbios y, sobre todo, cuentan con una investigación
propia, desarrollando su criterio y no solamente rumiando lo que leen en otros
medios.
Recientemente charlaba con una gran amiga –cuyo nombre evitaré–,
quien escribe en una revista de vanguardia musical y desarrollo de manifestaciones
culturales innovadoras, y que me preguntaba si era posible que le diera algunos
consejos para mejorar esa prosa que, a mi parecer, no necesita ninguna clase de
intervención. No obstante, no por eso es innecesario que encuentre la madurez con
base en adormecer sus dedos y desvelarse, aunque ya cuente con una voz propia que,
pronto, será autorizada.
Hace unos meses, tras tatuarme en el brazo izquierdo ese
híbrido entre Cthulhu y deadmau5, recibí un comentario que, gracias a mi
egolatría y a que quizás me hallaba en un momento mamón, no pude tomar como una
broma: “Te rayaste a Minnie Mouse”. Esa
misma semana, sin embargo, recibí de un niño y una niña de 10 años de edad el
comentario preciso: “Wow! Te tatuaste a deadmau5”. Un detalle como ése define
que entre la llamada Generación X (mi generación) y algunos millennials hay un abismo de distancia similar
al que hay entre éstos y los bebés digitales quienes, al parecer, tienen una
mayor apreciación de la cultura de vanguardia sin ostentar posturas cretinas.
A pesar de todo, dentro de mi generación existe un apartado
que desdibuja aquella promesa de dejar a un lado la corbata y apañártelas por
ti mismo con base en rascar en lo más profundo de un tema, ya que en muchos
casos no existe ninguna clase de análisis y sus acciones son más bien
superficiales porque, como lo he dicho antes, una cosa es ego y otra vanidad.
En el caso del periodismo y los medios digitales es
importante que, antes de tirar la primera línea, nos preguntemos si realmente
tenemos algo que decir y qué somos capaces de hacer para conseguirlo o si
solamente se trata de refritear lo que ya se auscultó en otros medios, o bien
que no muestra ninguna diferencia.
De igual manera, es necesario advertir que existen figuras
determinantes que abrieron la brecha en la que hoy algunos siembran y otros
cosechamos.
B7XO