
Si ya diste el mal paso, no tardaré en seguirte.
Por cada mal paso tuyo, yo daré tres;
así, tal vez, te adelante un poco.
Entonces, conforme se acumulan los malos pasos y comienzas a
darles sentido, éstos se convierten en tu única salida.
O bien, en ese sitio seguro, del que no puedes desprenderte.