[Josu Landa arranca su novela Y/O (ensamble) con un párrafo de significado puntual y lacónico: “Hijo
de puta, hijo de la gran puta, hijo de la grandísima puta, hijoputa, hijo de su
puta madre, hijoeputa, hideputa, hijueputa: Estas observaciones, rabiosas variaciones
de un mismo epíteto pretenden ser una definición de Rogerio Sanz-Dernié…”. Por
consejo del mimo Josu, mi proyecto novelado del Fonca comenzaba con una frase
que pocas veces hemos podido esbozar ante otra persona: “Tu madre está muerta”
(yo ya lo hice, y no me agradó mucho).] Y comienzo:
“¡Maldito bastardo, me salvaste la vida!”, como elogio y
adjetivo de quien ha significado mucho para mí.
Si algo nos unió a Felipe Babalú Toledo y a mí fue precisamente
la manera como abordamos la vida –con la crudeza de quien puede deshacerse de
algo sin que importen las consecuencias– y la sensibilidad con que afrontamos
la música y ésta, junto al análisis hermenéutico de los momentos, se ha vuelto
parte inherente de cada proceso de inhalación y exhalación de oxígeno.
Hace poco, alguien me espetó que yo prefería tener fans que
amigos, y Babalú fue, en primer plano, un fan, después un amigo y finalmente un
hermano, no obstante nuestra consistencia emocional de flanes (chiste privado),
quizás el último escalafón que alguien pretende alcanzar cuando admira a otra
persona. Porque de la admiración a la realidad media un proceso de conocimiento
mutuo que, conforme pasa el tiempo, va aclarando la visión. No sé si decirle
que aquella admiración era más bien producto de su inexperiencia y la urgencia
que mostraba al adherirse a algo, el sentido de pertenencia. No obstante, la
palabra fan engloba la admiración, mismo sentimiento que se experimenta por un
hermano y, en algunos casos, por un amigo.
Como se ha manoseado tantas veces en la ficción, el ídolo
emerge del papel, en este caso una revista de rock, y se muestra humano,
admitiendo, por alguna extraña concatenación astral, que existe una unión más
allá de la página impresa, y Babalú demostró aún mayor humanidad al no perder
el respeto hacia quien se mostraba, ya en persona, como un ser vulnerable.
Quizás, como sucede en muchos casos, la tremenda amistad que
se forjó entre ambos se debió a la coincidencia con varios amigos (“qué pequeño
es el mundo”, dirán los amantes de las frases hechas), enlisto: The Cure, The
Smiths, Morrissey, Front 242, Rancid, Ministry, Static X, Magos Herrera, Chicane,
RockStage y, sobre todo, Karina Cabrera, empatando todos en un espectro del
planeta en el que no cualquiera tiene pase VIP.
Cuando lo conocí, Felipe era un sujeto con muchas preguntas,
y hoy en día, lo veo como un consejero, un gurú, un psiquiatra que tiene más
bien respuestas. Lo observaba, en efecto, como a un fan, a veces nervioso, a
veces sumamente inquisitivo, otras, determinante. Con el paso del tiempo, su
ser fue ocupando un sitio en el panteón arquetípico de mis hermanos, de la mano
de un Alex Hernández, Xabi Belmont, Pablo Osset, la misma Karina Cabrera, Eddy
Govea, Gonzalo Soltero, Víctor Cabrera, Sebastián Ortiz Casasola, Sara
Velázquez, Sara Arellano y un reducido, muy reducido, etcétera que ha sido
determinante en mi vida como escritor y persona.
Babalú se volvió fan de Coyoacán, de la Caverna, del Búnker,
del DF, de la ganja defeña, de
Marcelo Ebrard, de esta ciudad enigmática que antes que escupirlo lo aceptó
como a un hijo pródigo y por el que espera para sentirse conquistada; porque
este bestia tiene un porcentaje chilango muy importante en su sangre. Y se
volvió fan, entonces, de mi hijo Leonardo y de La Coneja, de mi familia, mi
territorio y mis amigos. De lo poco que puede tener quien alguna vez tuvo fans
y hoy se oculta para dejar de ser presa de aquella “fama” que arrastraba y
estorbaba tanto.
Anécdotas
Viernes por la noche. Mi entonces esposa Irene y yo abrimos
una botella de vodka y pusimos un video de The Cure en la platina del DVD. La
noche era fría en Coyoacán y permeaba un clima de calma. Arranca Pictures of You y hasta Irapuato, de
donde es oriundo este tío, envío el primer párrafo de la letra, y él, de
inmediato, devuelve el siguiente, y así, nos fuimos pimponeando ante el asombro
de La Coneja que no daba crédito. “Vaya que se conocen”, me dijo mi ex. “Es la
música”, referí.
Años después, tras experimentar un divorcio que me condujo
al alcoholismo concreto, en una etapa de autodestrucción muy digna de un punk
respetable, recibí la visita sorpresiva de este irapuatense chilango también
muy digno: “Vengo a arreglar unos asuntos a la UNAM”, dijo. Después de unos
días, antes de su partida, tras pasarla bomba en La Caverna, con otros
cofrades, se sinceró: “Vine porque me preocupabas, tenía miedo de que te
hicieras algo”. Estaba en lo cierto. Técnicamente, Babalú me salvó la vida. Pero
no es por eso que lo quiero tanto. Lo quiero porque es mi hermano, porque ha
seguido mi proceso desde el principio hasta el final, girando el espejo,
porque, viejo, hoy más que nunca: soy tu fan.
No quiero que te vayas, porque a pesar de la distancia, eres
el ancla y la respuesta cuerda. Tú me conoces mejor que nadie. Pero Londres
está muy lejos y un año es mucho tiempo. Pero ¡lárgate!, porque hay un chingo
de mundo para meterle unas tarascadas salvajes. Ojalá al volver sigas siendo el
mismo, pero con otra coraza. Te quiero, bro.
Pero Felipe también deja en herencia momentánea un pueblo
irapuatense cálido y con los brazos abiertos que me recibió cuando La Coneja,
Polly, Cass, La Ratona o SúperGin me obligaban a huir, y una pléyade de
hermanos como Isa “Pucheros” Guevara, Ulises “Chicuelo” Miranda, Sabino “Rugby
doG” Zamora, Fer Arvizu y su camisa rosa, Ramón “La licenciada” Solís, Bábara Cosset
“Bauhaus” Núñez de Cáceres, Jacsan Mono, Daniela “Galleta” Ruiz, el tremendo Diego
“Born to be hated”, Peri “Gran General” y thrasher a madres, Arturo “Sensei” Dumaine,
y el buen Pompom, además de su entrañable familia.
Gracias por todo, viejo feo.
Te esperamos de vuelta.
Bicho
Viejo mugroso, barbón, teporocho, y panzón....
ResponderEliminarHerramientas suficientes y necesarias para enaltecer el nombre de la banda mexicana ka!!!
No olvides aplicar las enseñanzas y técnicas adquiridas a lo largo del tiempo en nuestro dojo, que siempre tendrá las puertas abiertas por si te animas a volver -yo no lo haría XD-....
Ánimo pinchi Jalipe!!! Nos vemos pronto, si no por acá, tal vez por allá!!!
Tengo encuerado el chino!!! ....y no se qué hacer??!! Jajajajaj, GRANDE!!!!! Los abrazo con Cariño y Respeto!!! ...mientras nos lo perdermos!
ResponderEliminarJajajaja, un gran abrazo Canijos!!!!!!