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sábado, 27 de agosto de 2016

Guía de escritura para modismos en línea

Con motivo del vigesimoquinto aniversario de la primera página web, el sitio Periodistas en Busca compartió algunos extranjerismos muy utilizados en internet que tienen alternativas en español, así como algunos términos que plantean dudas en cuanto a su escritura:



1. El/la Internet/internet
Puede escribirse internet con inicial minúscula si se considera un nombre común referido al servicio y con mayúscula si se percibe como nombre propio de la red. Además, puede emplearse tanto en masculino como en femenino.

2. Clicar y cliquear, mejor que clickear
Hacer clic, clicar y cliquear son tres formas adecuadas para indicar la presión o golpe que se hace con el ratón del computador, en lugar de la voz inglesa click.

3. Medios sociales, alternativa a social media
Medios sociales es el equivalente recomendado de la expresión inglesa social media.

4. Anonimizar, verbo bien formado
Anonimizar es un verbo correctamente formado para referirse a la acción de ocultar una identidad.

5. Ciberataque, junto y sin guion
El prefijo ciber- se escribe unido a la palabra a la que acompaña: ciberataque, cibercomercio, etc.

6. SOPA, con mayúsculas y sin puntos
SOPA, sigla de Stop Online Piracy Act, se escribe con mayúsculas y sin puntos.

7. Bloguear, término adecuado
Blog, bloguero y bloguear son términos adecuados en español.

8. Postear, verbo innecesario
Se recomienda usar artículo o entrada en lugar del anglicismo post. En cuanto al verbo (a veces visto como postear), se prefieren las expresiones publicar una entrada o un artículo.

9. Link es enlace o vínculo
Link tiene traducción: enlace o vínculo.

10. Sitios webs o sitios web
El plural de web es webs, pero el de sitio web, en aposición, puede ser sitios webs o sitios web.

11. Inicio de sesión, equivalente a login, logon y sign in
Inicio de sesión es la alternativa recomendada en español a los términos ingleses login, logon y sign in.

12. Usabilidad, vocablo válido
Usabilidad, que en diseño y programación es un atributo de calidad que evalúa la facilidad de uso de las webs, es un término adecuado y bien formado en español.


13. Bloquear, mejor que banear
Banear, como la acción de restringir o bloquear el acceso de un usuario, puede sustituirse por verbos como bloquear, suspender, prohibir o restringir.

14. Espiar o acosar, opciones preferibles a stalkear
Acechar, espiar, husmear o acosar son alternativas preferibles a stalkear.

15. Contraseña, mejor que password
La palabra inglesa password se traduce en español por contraseña.

16. Bot, acortamiento apropiado
Bot es un acortamiento válido para referirse al ‘programa que recorre la red llevando a cabo tareas concretas, sobre todo creando índices de los contenidos de los sitios’.

17. El wifi o la wifi
El término wifi es válido y puede ser masculino o femenino: el wifi o la wifi.

18. Online, alternativas
Online puede traducirse por conectado, digital, electrónico, en internet o en línea.

19. Las puntocoms, en redonda
Las puntocoms, en redonda, en una sola palabra y con plural terminado en s, es la forma adecuada de referirse a las empresas que desarrollan su actividad principal en internet.

20. Seminario web es lo mismo que webinar
Seminario web es una alternativa apropiada para el anglicismo webinar.

21. Streaming es emisión en directo
Emisión en directo o en continuo, según los casos, son alternativas válidas a streaming.

22. Cloud computing, en español, computación en la nube
Cloud computing, en español, se denomina computación en la nube.

23. El internet de las cosas y el internet de los datos
Las expresiones internet de las cosas, que se emplea para referirse a la conexión digital de objetos cotidianos con internet, e internet de los datos son denominaciones comunes que no necesitan comillas ni letra cursiva y que se escriben con minúscula inicial en cosas y datos. La sigla IdC puede funcionar como alternativa en español a IoT, sigla con la que frecuentemente se abrevia la denominación internet de las cosas.

24. Internet profunda, mejor que Deep Web
La expresión inglesa Deep Web puede traducirse como internet profunda, en esta internet se escribe con inicial minúscula o mayúscula y el adjetivo profunda siempre en minúscula y concordando en masculino o femenino.

Fuente: Fundéu (Español Urgente).



miércoles, 10 de agosto de 2016

México, medalla de oro en ignorancia en redes sociales

A ver, tal parece que nuevamente las redes sociales hacen creer a las personas que tienen la razón en sus comentarios sin detenerse a analizar no sólo el objetivo de éstos sino tampoco replantean su origen, el cual, generalmente, responde a la calentura de tener que comentar algo, lo que sea con tal de figurar o de llevar la contraria montados en ese espíritu chairo que las caracteriza.


El tema principal es la ausencia de ya no digamos medallas sino logros decorosos de parte de los atletas que están compitiendo en las olimpiadas de Río 2016.

La peor de las incoherencias es asegurar que no existe la obligación de traer una medalla o un resultado digno y que mucho menos es menester que la gente lo exija.

Veamos, con apoyos económicos o no, con uniformes o no, con corrupción y malversación de fondos o no, los atletas de este país que viajaron a Río de Janeiro son mantenidos con los impuestos que pagamos quienes tenemos un trabajo y cumplimos con esa obligación arancelaria.

De la misma manera, al recibir un estipendio en forma de beca o apoyo o como quiera llamársele, el atleta tiene la obligación de buscar la victoria de acuerdo con el nivel de las capacidades adquiridas en los entrenamientos así como de su destreza física y mental, eso es verdad, y repito: de acuerdo con…, no obstante, no puede adjudicarse una derrota a la manera como actúan terceros así como tampoco éstos, léase los directivos, deben colgarse de una medalla obtenida por un atleta. Kosovo y Lituania, hasta el momento, tienen tres medallas de oro entre ambos, ¿cuál es el pretexto?

Por ahí circula un meme que cuestiona qué deporte practica quien se atreve a menospreciar los pésimos resultados de esos atletas que mantenemos. No obstante, al no ser los críticos atletas de alto rendimiento, como se supone lo son los embajadores en Río, el reclamo de los defensores de la mediocridad resulta no sólo irrisorio sino idiota.

Por otra parte, hasta el momento se ha criticado con fuerza a las disciplinas en las que, supuestamente, los atletas mexicanos, que no México, tenían mayores oportunidades: tiro con arco, boxeo, futbol, clavados, etcétera.

El caso de Alexa Moreno es distinto ya que fue la única competidora mexicana en una disciplina que no tiene tradición ni fomento ni raíces en el país (salvo Estela de la Torre en 1980) pero la ignorancia se orienta hacia el presunto sobrepeso de la atleta y no a su desempeño real con el que compitió contra verdaderas potencias históricas siendo la número 31 a nivel mundial. Si comparamos eso con lo obtenido por la selección sub 23 de futbol, que defendía su medalla de oro obtenida en Londres 2012, lo de Alexa es más un triunfo que un fracaso. El problema es que, para variar, el mexicano no tiene la costumbre de estudiar ni investigar ni analizar ni advertir el contexto.

Otra gran incoherencia es atribuir el terrible desempeño a factores de corbata y pantalón largo. Ya como actividad común, el mexicanito promedio tiende a culpar a los demás de sus propias carencias. Recientemente, y como ocurre cada año, se exalta la actuación de los rarámuris que corren y ganan carreras en todo el mundo, en ocasiones hasta descalzos y con su vestimenta típica, pero en el caso de las Olimpiadas se atribuyen las derrotas a la falta de uniformes, por mencionar sólo un pretexto. ¿Hay un ejemplo más claro de incoherencia y estupidez?

No, señores, ni los políticos ni los directivos ni los patrocinadores se plantan en las canchas y las pistas a hacer el trabajo de los atletas, atletas que son seres humanos y compiten en igualdad de circunstancias contra otros seres humanos con las mismas capacidades físicas y mentales. Sólo que, como es natural, quien explota y aprovecha de mejor manera sus capacidades es quien se sube al podio a escuchar su himno. Porque tampoco vamos a enviar a la selección de nado sincronizado a competir en rugby, ¿verdad? Suena idiota, sí, pero eso es lo que dan a entender con sus quejas improcedentes y, francamente, producto de la ignorancia.

Por eso, lo mejor es no postear con base en la calentura y la ignorancia y, en algunos casos, lo mejor sería dejar de utilizar redes sociales porque esto es vanguardia y no el lavadero de su condominio.

Btxo, 2016.




domingo, 7 de agosto de 2016

La visión progresista de los niños…

Cuando salgo con mi hijo Leonardo y no tenemos un plan establecido basta con verlo a los ojos para saber que improvisar nuestros pasos genera excelentes dividendos.

Nos dividimos la responsabilidad. Él sugirió comenzar con una visita a la Estela de Luz y el Centro de Cultura Digital porque, en sus palabras, le parece un lugar “tranquilo, moderno e interesante”, en el cual se siente a gusto por su carácter francamente tecnológico y porque puede tocar, hacer y deshacer a placer. Yo sugerí, más en el plan de ir a confirmar su pésimo estado, el zoológico de Chapultepec.

En el CCD nos entretuvimos bastante con la exhibición Arcadio, creada por el Laboratorio de Tecnologías Libres. Se trata de un montaje programado en los lenguajes Openframeworks, con el cual se realizó la lógica del juego y las secuencias visuales, y Pure Data para la programación sonora. También acudimos a Memorial, espacio diseñado para albergar exposiciones de arte sonoro y piezas lumínicas por comisión, cuyas luces y sonidos pueden ser controlados y programados desde cualquier parte del mundo.



La aproximación de Leonardo a este tipo de exposiciones me confirma la necesidad que tenemos los padres de reubicarnos en el plano sociotecnológico en el que viven y se desarrollan nuestros hijos para no rezagarnos y poder compartir sus inquietudes e impulsos.

Por otra parte, la idea de acudir al zoológico, como se lo expliqué a mi hijo, radicaba en la necesidad de confirmar la manera como un viejo proyecto, que hace años fue presentado como algo innovador, ha ido deteriorándose por el olvido, la burocracia y el desinterés.

Pero no se trata sólo del zoológico sino de un gran porcentaje del bosque, el cual perece bajo toneladas de basura, un escándalo imposible y, en general, por el regazo educativo de una ciudad empobrecida y prostituida en sus sitios públicos.

Como en una interminable secuencia de fondo parida desde los peores escenarios de América Latina, para llegar al zoológico a pie es necesario atravesar un túnel de vendimia de productos grotescos sobre el cual se mezclan olores putrefactos y alaridos proferidos por gente horrible y maleducada, patentando esa característica del fuereño que cree que el escándalo vende.

También es indispensable esquivar racimos de niños que se te embarran, te golpean y te patean, y cuyos padres te empujan sin misericordia y ni siquiera un simple “usted disculpe”. ¿Acaso no es éste el mejor ejemplo para la paternidad controlada? ¿Es necesario traer más de dos hijos al mundo?

Fueron pocos los animales que pudimos apreciar debido al tumulto de gente que al parecer jamás ha visto un lémur y se arracima frente al cristal tratando de tomar la foto ganadora del concurso de Animal Planet. Para eso está Google, ¡por favor! Para colmo del lémur nada más se veía la cola porque, seguramente harto, prefirió esconderse de esas miradas horribles y esas narices con mocos duros que la agarraban a golpes contra el cristal para llamar la atención de ese animal que seguro está más estresado que Osorio Chong. Luego se preguntan por qué Bantú tenía un mal cardiaco.

Los animales están sucios, descuidados, se perciben tristes y cansados. Las instalaciones del zoológico repletas de charcos porque su drenaje no tolera los enviones pluviales que manda su vecino Tláloc, así que hay que andar saltando como en una patética versión del juego del avión, con el riesgo de acercarte de más a ese tumulto maleducado y maloliente. Una cosa es ser humilde y otra ser sucio y grosero.

No toleramos más de 20 minutos dentro y salimos huyendo en busca de aire.

Es evidente que no sólo el zoológico sino Chapultepec necesita una remozada fundamental. Y a pesar de eso hay quien se opone a las mejoras que, al parecer, se harán en la zona sin consulta previa. ¿Pero qué puedes consultar a sus visitantes regulares si con trabajos saben escribir?

Privatizar el zoológico sería una excelente opción.

Finalmente, fue mi hijo quien tuvo la mejor idea, al menos respecto al zoológico.

-¿Qué cambios le harías? –le pregunté al ver su gesto de decepción después de que me dijera: “Recuerdo cuando venimos la primera vez con mamá. Era un lugar bonito”. Su respuesta fue más que progresista.
-Para empezar cierro el zoológico y dejo a los animales en libertad, papá.

Así los niños de hoy.

Btxo, Coyoacán, 2016

El mejor suvenir es que seas mis ojos

Cuando anuncias que te vas de viaje te caen más solicitudes de suvenires que buenos deseos. Hay, en esa acción, una notable carga de egoísmo porque cómo es posible que pienses que alguien tiene que andar consiguiendo y pagando y cargando lo que no puedes comprar aquí; más aún si cierras tu petición con el clásico: “cuando regreses te pago”.
 
Le Diamant
Por eso yo no pido nada a menos que me pregunten si quiero algo y, en todo caso, respondo: “lo más loco o extraño que encuentres”.

Entre los suvenires que atesoro con más cariño están dos caballitos para tequila, uno de las oficinas de CNN en Atlanta y otro de Al Capone, desde Chicago, que me trajo mi hermanita; el ejemplar 1 de El Joven Lovecraft que me trajo desde España mi querido Pablo “Irlandés” Osset; una lata con arena de Australia de parte de mi jefa y amiga Gisela Ayala; un muñeco vudú de Nueva Orleans que me obsequió mi amiga Marce Vega; una lámpara de lava (antes de que las vendieran en tianguis por todos lados) que me trajo mi madre de una tienda loca de Los Ángeles; y un Godzilla en miniatura que cargó desde Japón mi amigo Ramón de Irapuato.

En estos días mi querida Elisauria Guzmán, quien se encuentra de paseo en Francia (casual), y yo mantuvimos una interesante charla por Whastapp en la que me decía que no encontraba por ningún lado el ejemplar de la revista Charlie Hebdo que le solicité después de preguntarme si quería algo de allá. Semanas antes, durante un viaje de prensa en una hacienda de San Juan del Río, Querétaro, platicábamos sobre documentales y le sugerí que buscara un par en Netflix y Claro Video sobre los artistas urbanos en Europa.

Alrededor de estos artistas existe una fascinación por el coleccionismo fotográfico de sus obras y hay grupos en redes sociales que se dedican a identificar la ubicación de las piezas que son adheridas o grafiteadas en los muros, las banquetas y los arroyos.
 
Invader
Inocentemente creí que nuestra charla en Querétaro había sido olvidada, no obstante, para mi sorpresa, Elisauria comenzó a enviarme al móvil imágenes que ella y su prima iban coleccionando al descubrir pequeñas y extrañas obras de artistas callejeros que llamaron su atención. De pronto tuve que pedirle que se detuviera porque, oh mon Dieu, estaba enviándome obras callejeras de Invader y Le Diamant, dos de mis artistas favoritos.

Aquello me emocionó terriblemente y no sólo me erizó la piel sino me conmovió ya que, convertida en mis ojos, Elisauria estaba viviendo uno de mis sueños más recientes: cazar obras de artistas urbanos en París. Y más aún, porque ella no tenía idea no sólo de la importancia de la existencia de dichos ejemplos de arte combativo sino lo relevante que resulta para mí.

Ella, como otras personas en mi vida, atendió mi solicitud a la perfección: “tráeme lo más loco que encuentres”, y no sólo eso sino me lo entregó antes de regresar.
 
Invader
-¡Esto es parecido pero mucho mejor que cazar pokemones! –me escribió desde París.

Btxo, Coyoacán, 2016
  

miércoles, 3 de agosto de 2016

Todos sabemos de todo… Power to the people…

Existe una frase bastante cretina entre los detractores de las redes sociales (todo detractor es un usuario riguroso) que asegura que “Facebook nos hace creer que tenemos amigos, Instagram que somos fotógrafos y Twitter que somos filósofos”. Sí, es una estupidez por su origen pero también tiene algo rescatable.

En general las redes sociales les hacen creer a muchas personas (usuarios-detractores) que tienen algo que decir más allá de qué desayunaron o por qué serie de televisión están secuestrados. Si 80% de los usuarios de las redes sociales se limitaran solamente a eso internet sería un lugar más decente. No obstante, la facilidad con la que se comparten memes (esto es, pensamientos de otros, que es como recurrir a dichos y frases hechas) como parte de una presunta filosofía propia sin exponerla en verdad ha convertido los espacios infinitos de las redes sociales en un vertedero de idioteces.


Y por el contrario, si cada persona realmente realizara un examen personal y pusiera a funcionar alguna de sus tres neuronas para dar una explicación de por qué tal o cual serie los atrapó, o de plano mejor se quedara callada, las redes sociales serían un sitio lindo en donde el diálogo fuera fluido y, sobre todo, inteligente. Pero es pedir mucho, tomando en cuenta la necesidad de exposición de algunos.

El fenómeno de la sobreexposición hipocondríaca (sin reparar en la abundante ignorancia) se advierte más cuando el tópico roza lindes políticos, sociopolíticos y hasta socioculturales por aquello de no alcanzar lugar en el tren del mame. Es decir que todos somos presidentes y activistas; diputados y chairos; senadores y candidatos a senadores de Morena; delegados y candidatos a delegados de Morena; marxistas con iPhone y capitalistas adoradores de Oscar Chávez… toda una ironía (definan ironía).

No obstante, en lo que no puedo negar la sabiduría del mexicano promedio es cuando se habla de futbol. Ahí sí me pongo de pie, aguzo el oído, adopto pose de intelectual y garrapateo en mi tablita de estrategias.

Fíjense todo el choro que tiré para acabar hablando de futbol, ¿es eso ociosidad, verdadero interés, análisis sociológico o es que de plano el partido de Pumas es tan aburrido y predecible como la boda de nuestro muy toleteado mandatario o una canción de Maná?

Cuando Jorge Campos era un portero colorido, más emparentado con un jocoso clown y no un comentarista con aparente discapacidad posterior a una embolia, en las entrevistas revelaba que él solamente se divertía jugando al futbol y que por eso las cosas le salían bien la mayoría de las veces.

Hoy en día, el futbol de todo el mundo se ha vuelto tan mezquino y aparentemente aséptico, como el pasillo de detergentes en un Target, que deja de emocionar. En la mayoría de las ligas europeas lo interesante del torneo se ubica a media tabla y en México la liga es tan competitiva que la cosa se pone tan surrealista como el 7-0 que nos ensartó Chile (¡ejem!). La selección mexicana me recuerda mucho esa imposible película española llamada El penalti más largo del mundo (Osvaldo Soriano, 2005), y escuchar los pretextos de entrenador y jugadores me resultan tan elocuentes como la innecesaria disección literal de los gags en una película de Woody Allen.

Así que pregunto: ¿en verdad es necesario un director técnico para una selección como la mexicana cuando existimos más de 100 millones de estrategas desde Cancún hasta Tijuana?


Ver un partido de la selección entre amigos o la familia, tanto en casa como en el estadio, asegura una larga cantidad de estrategias, parados, cuadros y cambios que con seguridad supera el libro de jugadas de un mariscal de campo de la NFL. Y no es tan difícil acertar, sobre todo si entre los asistentes se suman décadas de ver futbol.

No sé si esto se ha hecho en la historia del futbol mexicano; creo que no, pero sería interesante que el entrenador elegido, en este caso el obtuso de Osorio, soltara una convocatoria real para que el pueblo no sólo eligiera a los seleccionados sino determinara la estrategia a seguir. Nadie conoce mejor a los jugadores que sus francos seguidores y críticos que cada fin de semana están pendientes de sus evoluciones, éxitos y yerros. Que no se meta la prensa, que no se metan los directivos y mucho menos los promotores buitres quienes, hoy en día, ya no ven a Guillermo Ochoa, por ejemplo, como el gran negocio. Tanto se afanaron en promocionarlo para venderlo caro, con la complicidad de los mencionados líneas arriba, para verlo en un equipo de vergüenza consumada. Si lo equiparamos con la trayectoria de un músico, a Ochoa se le promovió como futuro integrante de Radiohead y acabó tocando el bajo con Kenny y los Eléctricos.

Claro, el futbol mexicano pudo ser atractivo para André Bretón o Luis Buñuel por esa extraña picardía y esa cosmogonía retorcida, pero cuando se trata de negocio lo mejor es seguir sacrificando al pueblo. Los directivos del futbol nacional son sumamente cuadrados y prefieren que el deporte más bonito del mundo sea inexacto en su planeación para poder manipular las necesidades lúdicas de quienes compran los boletos y las franelas. Error porque, al menos en este caso, hablando solamente de deporte, sería un gran experimento el dejar que los interesados tomen las riendas.

BTXO, Coyoacán, 2016